Había que conocer Lyon

Como no, había que hacer una visita turística por la ciudad de Lyon, así que aprovechamos el siguiente día para hacer dicha visita.
Nos pusimos las camisetas diseñadas para la ocasión y rumbo al casco antiguo. Que por cierto, es la única parte empinada de la ciudad.

Y está claro que para empezar bien una ruta turística hay que pasar primero por una cafetería, en la que invitamos a una francesa muy amable a su café, ya que permitió que el Rubio pusiera la cámara en su mesa para filmarnos mientras tomábamos algo (creo recordar que era cerveza)

Para llegar a la parte vieja se cruza alguno de los puentes que hay sobre los dos ríos de Lyon, y ahí nos ocurrió la que probablemente fue la anécdota simpática del viaje. Pretendíamos sacarnos una foto los cuatro, así que se lo pedimos a unas amables japonesas que pasaban por allí y nos sacaron la foto, pero después nos acribillaron a fotos con sus cámaras popniéndose con nosotros.

Tras esta inolvidable experiencia, comimos en un restaurante sopa de cebolla mientras disfrutamos del partido Samoa-Sudáfrica y el Romano aprovechó para pedir y llevarse el cartel que indicaba que en ese sitio se podía ver el mundial de rugby (ya lo escanearé y lo pondré aquí).

Después de comer subimos a la Basílica de Notre Dame de La Fontaine y allí nos encontramos con un grupo de mexicanos, y como estaban las mexicanas.

Quedaba por hacer un PHOON para nuestro amigo Popi, así que ni cortos ni perezosos, arriesgando nuestras vidas sobre un muro pusimos posición y quedó esta maravillosa instantánea.

Bajamos con unos chicos de Madrid que habíamos conocido a la entrada del Estadio de Gerland el día del Australia-Japón y con ellos fuimos a ver el Irlanda-Namibia, pero eso ya es otra historia