Es verdad que en Gales hace frío, que llueve a menudo, que hay que ser muy valiente para bañarse en el agua del mar, pero para la gente como yo que le encanta el rugby, Gales es un lugar idílico.
Y es que aquí el rugby se vive, se respira, se siente. Haya o no partido, es fácil encontrar gente relacionada con el rugby, mostrando camisas de sus equipos, chamarras de la selección. Hay tiendas dedicadas pura y exclusivamente al rugby, y claro, para alguien como yo que viene de las Islas Canarias esto es maravilloso, increíble, una pasada.
Aquí no sólo hay partidos de nivel internacional cada dos semanas, ya sea de equipos o de selecciones, sino que se organizan eventos en los que los jugadores firman autógrafos, hablan con la gente y se sacan fotos.
Pues eso precisamente fue lo que pasó la semana pasada, que en una tienda de ropa se dieron cita Phil Vickery (campeón del mundo con Inglaterra) y Tom Shanklin (internacional con Gales), para firmar autógrafos y estar con los aficionados. Y yo no podía ser menos, así que me planté en la tienda con una libreta de autógrafos que estrenarían ellos y dispuesto a sacarme una foto con los dos. Lo que yo no me esperaba es que al decirles que era un español afincado desde hacía muy poco en Gales, me iban a sacar el tema de la selección española de rugby a siete. Eso es, estuve hablando con dos fenómenos del rugby de lo bien que está España en Sevens, fue formidable.
Dos grandes personas con las que compartí un pequeño momento y que por suerte quedó retratado, en fotos y en mi memoria.
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