10 nov 2012

Los Pumas almuerzan Dragón

Hoy 10 de noviembre de 2012 he vivido mi primer partido internacional en Cardiff. El test match entre Gales y Argentina me ha dado la oportunidad de vivir de primera mano lo que es el ambiente que genera un partido de este tipo.

Dirigiéndonos hacia la zona del Millenium Stadium, un padre, que esperaba a cruzar la calle al igual que nosotros, nos dijo que era la primera vez que su hijo iba a un partido de la selección galesa. El crío que no debía tener más de 7 años estaba feliz y contento, con su camiseta y gorra de Gales. Gente de todas las edades, familias, grupos de amigos, parejas jóvenes y no tanto. Puestos ambulantes, una guagua enorme de Guinness convertida en pub exterior, chicas pintando escudos de Gales en la cara de los aficionados que deseaban llevar el símbolo de su equipo. Banderas ondeantes con el gran dragón rojo. Y es que el primer test match del año contra los Pumas bien lo merecía.
Buscamos un hueco en un pub cercano al estadio, tarea nada fácil ya que estaba todo hasta las tachas. Los aficionados invadían todos los pubs de la zona con sus pintas esperando ver como Gales empieza su preparación para el 6 Naciones 2013.

Impresionante desde el inicio de la retransmisión. Toque de corneta en el estadio por los soldados caídos, y la gente guarda silencio con un respeto poca veces visto, no se oye ni un murmullo en el pub en el que estamos, nadie rompe el solemne acto. Luego el himno argentino y luego el de los locales, que hace que más de uno se levante, cante e incluso se lleve la mano al pecho. Todo el mundo esperaba el comienzo del partido con toda la esperanza puesta en un equipo que deslumbró en el mundial de Nueva Zelanda y en el pasado 6 Naciones al ganar con autoridad el Gran Slam.

Sin embargo llegó la hora de la verdad y los argentinos se plantaron en el partido dejando claro que ellos no iban a ser el sparring de nadie. Los Pumas defendieron al límite del fuera de juego, movieron el balón a la mano orquestados por su Apertura Federico Nicolás Sánchez, que además metió mucha presión a los galeses tras anotar dos drops e intentar dos más. Gales, en cambio, parecía estar en otro lado, con la mente de gran parte de los jugadores fuera del encuentro. Mucha patada desde 22 para quitarse la presión de los sudamericanos de encima, fallos a la mano y poca continuidad en el juego. Gales se mantenía en el partido únicamente gracias a los aciertos a palos de Halfpenny y a la falta de definición por parte de los argentinos en los últimos metros.

Se esperaba una segunda parte más dinámica por parte de los locales, pero no hubo nada que hacer. El quince del dragón seguía con un juego espeso y fallido, mientras que Argentina se creció y encontró los huecos para ensayar dos veces. Al final un merecido 12 a 26 para los pumas. 

De vuelta a casa, caminando entre aficionados, nos encontramos con Stephen Jones, que había estado de comentarista en el estadio para la BBC. Está claro que me saqué una foto con él.

La semana que viene continúan los test match y Gales se enfrenta a Samoa con la necesidad imperiosa de mejorar.

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